2006/07/05

Cirugía electrónica

Ayer fue cuatro de julio, día de la Independencia en Estados Unidos y día de grandes celebraciones en DC, así que en condiciones normales tendría que corresponderle una buena entrada en las DCventuras. Sin embargo, mi cámara digital ha pasado por el quirófano estos días y no he podido hacer fotos. Además mi cuatro de julio fue de barbacoa con unos amigos, así que no puedo contar mucho sobre el desfile, el concierto y los fuegos artificiales. Lo dejamos para el próximo año.

Mejor contar la historieta de la cámara. En la última entrada decía que me la había cargado, y si bien es cierto (se me cayó con el zoom abierto y se atascó el mecanismo), he conseguido hacerla revivir. Eso sólo después de constatar que la garantía no cubría mi torpeza y que el arreglo costaría como mínimo la mitad de lo que cuesta la cámara más gastos de envío. Entonces me decidí intentarlo yo mismo. Con ayuda de un par de enlaces (1, 2) sacados de esta otra página, me lancé a hacer una intervención quirúrgica con pocos visos de éxito. Yo en mi vida había abierto un cacharro. Lo más parecido a montar y desmontar algo había sido un lego o el castillo de los famóbil. Total que, al principio, cuando uno empieza a quitar tornillos (y habrá unos 20 o 30 en total) parece que aquello va a ser facilísimo. El problema es cuando se llega al lío de la base electrónica y el mecanismo de zoom. Es simple y eficiente, pero hecho de piezas de plástico difíciles de encajar entre sí y con la electrónica. Yo creo que me costó más de hora y media encajar las dos piezas principales. De hecho casi desistí, pero la perseverencia (alguno diría tozudez) y la paciencia siempre dan sus frutos y al final aquelló encajó y el mecanismo parecía funcionar cuando empujaba con los dedos. Sólo faltaba que lo hiciera a sugerencia de la cámara. Atornillarlo todo otra vez no tiene más misterio que el de siempre, y no es leyenda urbana, siempre sobra algún tornillo. En mi caso ¡6! además de un muelle y una pieza metálica de 2cm de largo. Espero que si algún día me operan, el cirujano no se deje un riñon fuera porque no sabe donde ponerlo. Bueno, el caso es que con todo montado y sin carcasa, la cosa no funcionaba: ninguna señal de vida. Yo estaba convencido de que habría estropeado algún circuito y de que era un caso perdido, pero como la forma más sencilla de recoger todo es terminar de montarlo, va y resulta que al poner la 'chapa' la cámara decide que sí, que así sí. Increíble. Yo dando botes por la casa.

Ahora, a simple vista parece que funciona con normalidad. Como mucho parece que o bien las lentes están sucias, y no me extraña porque tuve que toquitear todo, o bien está fuera de foco. Mañana con la luz del día haré más pruebas. De momento, os dejo con una de las primeras fotos después de la intervención. Son los utensilios utilizados, junto con las piezas que me han sobrado (dentro del vaso de cristal). Espero que a nadie le pase esto, pero si alguno tiene un problema similar, que me lo diga y doy un par de consejitos al respecto. De todas formas, a pesar de la robustez que parece que tienen estos aparatos, visto lo visto con mi peripecia, no recomiendo intentar abrir una cámara si no es estrictamente necesario.

Y ahora a celebrar el éxito. Tengo un par de historias que contar que llevo posponiendo varios días, pero ya habrá tiempo de escribirlas.

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1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

que orgullosa estoy de ti!

10:22 a. m.  

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