2006/03/31

Lúnasa

Miércoles 29. Reston Community Centre, VA.
Esta vez fuimos a ver un estilo totalmente diferente. Música irlandesa venida directamente de la tierra que le da nombre. El grupo: Lúnasa, nombre de un antiguo festival celta en honor al dios Lugh, patrón de las artes. Un grupo de los de mayor renombre en la escena folk irlandesa, pero que a otros niveles pasa totalmente desapercibido. Tampoco me las daré de gran conocedor, porque si no fuera porque viví en el país y me tocó vivir dos años con Paul, reconocido músico al banjo, y a la postre último componente en incorporarse al grupo, pues los ignoraría como ignoro a otros tantos. Vamos, que tocaba un amigo cerca de casa y uno no podía perdérselo.

De los amigos uno casi siempre habla bien, así que que nadie espere una mala crónica, pero con todo el margen de objetividad que quede después de esta nota, diré que son realmente buenos en directo y hay que tener en cuenta que la música irlandesa se disfruta mucho más en directo que en CD. Eso sí, se trata de un adquired taste, como dijo una señora delante de nosotros en el intermedio, y si uno no es un apasionado de todo tipo de músicas (y yo no lo soy tanto) o a uno no le han hecho tragarse unas cuantas sesiones de música irlandesa previamente (cosa que sí he sufrido y gozado), dos horas pueden hacerse largas. Nosotros las disfrutamos y el resto del público parecía entusiasmado.

Son cinco. Utilizan flautas (flute, whistle), la gaita (pipe), el violín (fiddle), el contrabajo (bass) y la guitarra acústica. Tienen un repertorio variado: desde pausadas canciones a tres flautas, pasando por solos de gaita o de violín hasta frenéticas composiciones en las que cada instrumento rivaliza para ver cuál va más rápido. Estas últimas son las que más identifico yo, y esto es personal, con el sonido irlandés. Si al virtuosismo de los músicos, se le añade un flautista de lo más locuaz y novelero, contando historias como la del rescate en helicóptero del ingeniero de sonido de la banda, de un balcón de un hotel de Savanah, Georgia, en el que se había quedado atrapado desnudo y con el cerrojo de seguridad echado, nos salen dos horas de lo más aprovechadas, que bien valieron los 40 minutos de viaje.

En definitiva, gran concierto, grandes recuerdos y la alegría que da la posibilidad de encontrarse a amistades que uno deja atrás, sin saber hasta cuándo.

Sláinte!

2006/03/27

Primera visita al 9:30

El local. El sábado 25 fue la primera visita a uno de los clubs más emblemáticos de la escena musical en DC: el 9:30. Si uno hace caso a lo que dicen los grupos (los del sábado al menos), es uno de los locales más apetecibles para las bandas a nivel nacional y quizá a nivel internacional. Gran sonido, si nos atenemos al juicio de mi oído ignorante. Gran ambiente. Tiene capacidad para unas 1000 personas, todas de pie y por su tamaño permite gran proximidad al escenario. Esto es lo que más me gustó porque lo hace a uno más cercano al artista sin tener que recurrir a las pantallas gigantes de los grandes recintos. Está en un barrio dudoso de la ciudad, pero el metro lo hace accesible. Sin duda, un local al que volver y estáis todos animados a mirar el programa y recomendar conciertos en cualquier momento. A los amigotes os digo que una visita es suficiente buena excusa para enseñaros este otro tipo de museo local.

Los teloneros. Teloneando al acto principal salió una banda que desconocía pocos días antes, pero que se convirtió en una gratísima sorpresa. Llevan el nombre de la cantante: Brandi Carlile. Son de Seattle y su sonido es algo folk, pero con grandes momentos de rock, al menos en directo. La voz de ella es impresionante y nos deleitó con una versión electrizante de guitarra y voz del Hallelujah de Leonard Cohen. Una de sus canciones más conocidas ha salido en un capítulo reciente de Grey's Anatomy: What can I say. Para escuchar esa canción y otras como Throw it all away, visitad este enlace*.

El acto principal. Jamie Cullum. Desconocido para mí hace unos meses, sólo recientemente me han iniciado a su sonido jazz, con cierto tonillo pop. El jazz no es mi estilo preferido, pero tengo que reconocer que muchas de las canciones, de este chico de Essex/Inglaterra (como el se presentó), me encantan y son pegadizas. Y en directo es probablemente de lo mejor que hay por ahí. Es literalmente imposible no disfrutar del espectáculo que da, tanto por sus cualidades vocales e instrumentísticas (toca el piano, la guitarra, la percusión), como por el grado de entretenimiento que proporciona: brincos, carreras, interacción con el público. Maltrata el piano con saltos, pisotones, golpes de percusión, pero también lo exprime con sus improvisaciones jazz más clásicas. Es tanto lo que disfruta y lo que quiere enganchar a la gente, que por unos momentos nos trasladó al carnaval de Río con unos ritmos brasileños al más puro estilo Carlinhos Brown. Lo conozcas o no, si pasa cerca de casa, es como para no perdérselo. Aquí* podéis escuchar algunas de sus canciones como Twentysomething, These are the days o I get a kick out of you.

* Enlace a rhapsody.com Es una web donde se pueden escuchar 25 canciones completas al mes de forma gratuita con sólo dar un email. De momento, lo voy a utilizar como referencia para escuchar las canciones de las que se hable por aquí.

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Aquí comienzan las dcventuras...

La idea me había rondado una temporada, incluso hubo un primer intento que no pasó de un post, pero el comienzo de este blog ha necesitado del empuje de Alberto, primero en lanzarse al ruedo de los blogs. Veremos qué depara todo esto.

Y nada, bienvenidos todos.